La Jetée

Ayer murió el escritor y director de cine francés Chris Marker. Como cineasta se dedicó casi exclusivamente al documental. Su obra, muy comprometida políticamente, es poco conocida fuera de Francia. Colaboró con Alain Resnais en Noche y niebla (Nuit et Brouillard, 1955), una auténtica obra maestra del género documental. Pero su participación en esta película sobre el Holocausto fue casi clandestina.

Su película más conocida es La terminal (La Jetée, 1962), su única obra de ficción. Era un cortometraje de ciencia-ficción filmado como una sucesión de imágenes fijas, al estilo de una fotonovela. La Jetée es una historia de viajes en el tiempo en un mundo arrasado por la Tercera Guerra Mundial.

En realidad si este corto consiguió cierta fama, aparte de los más aficionados al cine, fue porque sirvió de inspiración para la película estadounidense Doce monos (12 Monkeys, 1995).

La Jetée:

Un inusual combate aéreo

En la mañana del 11 de abril de 1945, los tenientes Duane Francies y William Martin (piloto y observador, respectivamente), de la 5ª División del Ejército de los Estados Unidos, despegaron en un pequeño avión Piper Cub para hacer un vuelo de reconocimiento a unos 100 kilómetros al oeste de Berlín. Cuando volaban buscando objetivos en tierra para la artillería, vieron un Fieseler Storch alemán dando vueltas bajo ellos, a no mucha distancia de los tanques de la 5ª División. El Storch, igual que el Piper Cub, era un pequeño monomotor de dos tripulantes utilizado sobre todo para vuelos de reconocimiento o de enlace. Ni el Storch ni el Piper Cub tenían armamento alguno. El avión alemán era más veloz que el estadounidense, pero sus tripulantes no parecían haberles visto, y además los norteamericanos tenían la ventaja de la altura. Así que Francis comunicó por radio que iba a entrar en combate y picó contra el avión enemigo, al tiempo que los dos estadounidenses abrían fuego con las únicas armas que tenían a mano, sus pistolas reglamentarias M1911. Vaciaron los cargadores contra el Storch, alcanzando repetidamente el parabrisas, los tanques de combustible y el ala derecha del avión alemán.

El piloto del Storch hizo varios giros bruscos tratando de eludir el ataque. No solo no lo consiguió, sino que, en un giro a baja altura el ala derecha golpeó contra el suelo y el avión acabó volcado en un prado. El Piper Cub tomó tierra tras él, y, tras unos disparos de advertencia de los estadounidenses, los dos alemanes se entregaron con las manos en alto. Francies y Martin se quedaron custodiando a los prisioneros hasta que las tropas terrestres de la 5ª División que se encontraban en las proximidades, y que habían visto a lo lejos el "combate", se hicieron cargo de ellos. "Nunca supe sus nombres", recordó más tarde Francies. "Podrían haber sido personajes importantes, por lo que sé. Les entregamos a los tanques unos quince minutos más tarde, después de que el hombre herido me diese las gracias varias veces por vendarle el pie. Creo que pensaron que íbamos a dispararles".

Que se sepa, aquel Storch fue el único avión abatido por fuego de pistola en toda la guerra. Esta historia se puede encontrar en distintas fuentes con algunas variantes. En la más extendida se afirma que el Storch capturado por Francies y Martin fue el último avión de la Luftwaffe derribado en el frente occidental, situando la acción en el 7 de mayo de 1945, el día del final de la guerra en Europa. Pero hay algunos datos que no encajan con esa versión. En mayo de 1945 la 5ª División se encontraba cerca de la frontera checoslovaca, así que el episodio no pudo ocurrir al oeste de Berlín.

El teniento Martin recibió por la acción la Air Medal. En cambio Francies tendría que esperar más de dos décadas a que le llegase el reconocimiento oficial. En 1966 el escritor Cornelius Ryan recogió el episodio en su libro La última batalla, rescatándolo del olvido y haciendo que la USAF concediese a Francis la Distinguished Flying Cross, con 22 años de retraso.

Un Fieseler Storch volando junto a un Piper Cub durante una exhibición aérea en el año 2004:


Fuentes:
http://www.neptunuslex.com/2010/01/10/last-shootdown/
http://untoldvalor.blogspot.com/2007/08/incredible-world-war-two-aircraft-fi.html
http://forum.axishistory.com/viewtopic.php?f=69&t=138967
Foto: http://www.tim-beach.com/chail04/chail04.htm


El Experimento Filadelfia

Otro post de relleno.

Es una historia absurda. No tiene ningún sentido ni ninguna base científica. La popularizó Charles Berlitz, el mismo escritor que hizo famoso mundialmente el Triángulo de las Bermudas, lo que ya tendría que hacer sospechar a cualquiera. No hay ninguna prueba de que sea cierta, y en cambio hay muchas de que no pudo ocurrir. El protagonista de la historia, que se hacía llamar Carlos Allende, llegó a reconocer que se la había inventado. Y a pesar de todo eso, todavía hay gente que se la cree.

En fin, la mente humana es extraordinaria.

Otoko-tachi No Yamato

Como hace ya más de dos semanas que no publico nada, ahí va un post de relleno para que sepáis que no he abandonado el blog.

Otoko-tachi No Yamato, "Los hombres del Yamato", es una película japonesa del año 2005. Fue una superproducción de gran éxito en Japón, que contaba la historia del acorazado Yamato a través de las historias individuales de varios miembros de su tripulación. Para recrear las escenas a bordo del acorazado se construyó una maqueta a escala real en el puerto de Kure.

Aquí tenéis 20 minutos de película con las sangrientas escenas del hundimiento del Yamato, con subtítulos en español:

La Mafia y la Operación Husky

Ayer vi de casualidad parte de un documental que estaban emitiendo en La 1 de TVE sobre las relaciones de la Mafia con las fuerzas armadas estadounidenses durante la operación Husky, el desembarco aliado en Sicilia. Un poco después estaban hablando de Dusko Popov, así que imagino que era un programa sobre "grandes secretos de la Segunda Guerra Mundial", o algo así. Y es que en realidad no sé ni de qué trataba el documental, porque solo pude ver unos minutos, pero me pareció que se daba por buena la teoría de que la Mafia había colaborado con el ejército estadounidense durante la invasión de Sicilia. Pues yo no lo tengo tan claro.

En febrero de 1942 el transatlántico Normandie se incendió, volcó sobre su costado de babor y acabó posado en el lodo del fondo del río Hudson, en la terminal de pasajeros del puerto de Nueva York. El Normandie estaba siendo reconvertido en un transporte de tropas. Más tarde las investigaciones concluirían que había sido un accidente fortuito, pero en aquellos primeros meses de la guerra era inevitable que se sospechase de la acción de saboteadores enemigos. La inteligencia naval norteamericana pensó en pedir ayuda a los sindicatos de estibadores que controlaban los muelles para prevenir nuevos actos de sabotaje. Y no era ningún secreto que detrás de los sindicatos estaba la Mafia. Así que los servicios de inteligencia se pusieron en contacto con Lucky Luciano, el capo de la Mafia neoyorkina.

Luciano había sido arrestado en febrero de 1936 por proxenetismo, y cumplía una condena de 30 a 50 años en Dannemore, la penitenciaría de máxima seguridad del Estado de Nueva York. De allí fue trasladado a una prisión más confortable a cambio de la colaboración de su organización en la vigilancia de los muelles. Es posible que negociase también una rebaja de su condena. En 1946 fue liberado y expulsado de los Estados Unidos. Su puesta en libertad fue aprobada por el gobernador del Estado de Nueva York, Thomas E. Dewey, que en 1935, como fiscal especial, había iniciado una campaña para limpiar la ciudad de gansters que acabó con el propio Luciano en la cárcel, y que por tanto no era nada sospechoso de connivencia con la Mafia.

Hasta aquí los hechos probados. En cuanto a la operación Husky, no hay ninguna prueba de que los estadounidenses contasen con ayuda de la Mafia en las operaciones militares. Y a mí me parece poco probable. Después de todo la Mafia era una organización criminal, y no habría sido muy inteligente confiarles secretos militares. Además, no se aclara cómo habrían hecho para comunicarse entre sí los mafiosos de ambos lados del océano, con sus países en guerra. La comunicación con agentes en territorio enemigo era muy difícil incluso para los servicios de inteligencia. En Sicilia circulan leyendas de militares estadounidenses que presentaban a los capos locales pañuelos dorados con una L negra grabada, para hacer saber que estaban allí en nombre de Lucky Luciano. Incluso hay quien cree que el mismísimo Luciano estuvo en Sicilia durante la guerra. Pero no son más que eso, leyendas, fomentadas por el propio Luciano, que llegaba a afirmar que gracias a él se había ganado la guerra. Lo más probable es que exagerase su papel en la vigilancia de los puertos y se inventase la historia de su colaboración en la operación Husky.

Otra cosa es que los estadounidenses se sirviesen de la Mafia durante la ocupación. Eso era casi inevitable. Había que llenar el vacío de poder dejado por la caída del fascismo. Lo normal era recurrir a personajes locales con influencia entre la población, y no había personas más influyentes que los capos mafiosos. Es difícil saber hasta qué punto los estadounidenses sabían o imaginaban que los nuevos alcaldes eran "hombres de honor". Pero seguramente, aunque tuviesen sus sospechas, o sus certezas, los preferían a los antifascistas militantes, peligrosamente izquierdistas.