Otro meneo

Ha vuelto a pasar. Ayer, por segunda vez en este año, una entrada de Nonsei SGM ha sido portada en Menéame. Y de nuevo gracias al usuario de Menéame enxebere. Como la vez anterior, en unas horas Nonsei SGM ha recibido un aluvión de visitas (es lo que algunos llaman el "efecto menéame"), y la entrada meneada, Los 10 aviones más raros de la Segunda Guerra Mundial, se ha disparado hasta la primera posición de las más vistas del blog. Aunque en este caso hay una diferencia con el anterior, y es que antes de que pasase esto la entrada ya era una de las más visitadas, y sin duda la más difundida. Al menos yo hace ya meses que la empecé a encontrar copiada en varios sitios, normalmente indicando la fuente (lo que agradezco, y que caiga la maldición de Tutankamon sobre los que no lo hacen). Un consejo a los colegas blogueros: si queréis un post que reciba visitas, haced un ranking.

Humor de ingenieros

Los hombres del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos que tenían que señalizar puntos peligrosos, como campos de minas o puentes dañados, a menudo ponían, además de las señales habituales, carteles en los que se burlaban de la torpeza de los soldados de infantería, que con demasiada frecuencia se ponían en peligro al no hacer caso de las señales.

G.I. JOE (apodo del soldado estadounidense) DE VENEFRO (?)

QUE NO PODÍA LEER LAS SEÑALES ¡MIRA POR DÓNDE!

AHORA ESTÁ A SEIS PIES AHÍ ABAJO

Fotos:
http://demons.swallowthesky.org/post/15585914148/the-macabre-humor-of-the-us-army-engineers


Recreación de la Guerra Civil Española en Amposta (Tarragona)

Estas fotos me las ha enviado mi amigo Txus Oviedo. Fueron tomadas en una recreación histórica celebrada en Amposta el 14 de abril. Amposta está situada en la margen derecha del Ebro, a la entrada del delta. Fue ocupada por las tropas franquistas en la última fase de la campaña de Aragón, en abril de 1938. Más tarde se convirtió en un objetivo secundario en la ofensiva republicana que dio origen a la batalla del Ebro. Fue el único sector en el que los republicanos fracasaron en su intento de cruzar el río.


La India en la guerra

Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial la situación de los británicos en la India no era fácil. Desde el final de la Gran Guerra el reclutamiento para el Ejército de la India y el Indian Civil Service no había hecho más que disminuir, y en 1939 los pocos miles de funcionarios y oficiales que todavía permanecían en la India tenían que gobernar un país de 400 millones de habitantes. El nacionalismo indio, que no muchos años antes estaba reducido a una pequeña elite intelectual, se había convertido en un movimiento de masas.

En 1885 los ingleses habían creado para esa minoría un partido que sirviese para canalizar sus aspiraciones y mantener un diálogo permanente y moderado con los gobernantes ingleses, el Partido del Congreso. Durante la Primera Guerra Mundial sus líderes, como la gran mayoría de los indios, apoyaron el esfuerzo de guerra británico con la esperanza de que tras la victoria serían recompensados y Gran Bretaña aceptaría sus demandas de mayor autogobierno. Pero ocurrió lo contrario, y a partir de 1919 se intensificó la represión de cualquier tipo de manifestación nacionalista. Entonces surgió la figura de Mohandas Gandhi, un abogado que cuando vivía en Sudáfrica había liderado la lucha contra la discriminación que sufrían los indios en ese país. Gandhi ideó una serie de campañas de desobediencia civil que tuvieron un enorme éxito, convirtieron al nacionalismo indio en un movimiento de masas, al Partido del Congreso en una fuerza de millones de militantes, y a él mismo en un personaje de fama mundial.

Al comenzar la guerra los dirigentes del Partido del Congreso eran partidarios de la intervención de la India en ella a cambio de un compromiso británico de aceptar su independencia (en contra de la opinión de Gandhi, que rechazaba la guerra, y que rompió temporalmente con el partido). Pero Churchill se opuso totalmente a cualquier cesión. En su opinión, si Inglaterra perdía su imperio, pasaría a convertirse en una nación insignificante. Para impedir que eso ocurriese, él iba a defender el Imperio Británico por encima de todo. Sólo en 1942, cuando los japoneses amenazaban con la invasión desde Birmania, Churchill hizo la promesa de que tras la victoria la India conseguiría el estatuto de Dominio. El Partido del Congreso rechazó la oferta y pidió la independencia inmediata. Nació el slogan “Quit India” y una nueva campaña de desobediencia civil. Muchos creían que si los ingleses se iban los japoneses no tendrían ningún motivo para atacar. Gandhi, desde su ideología radicalmente contraria a la violencia, recomendó a su pueblo lo que ya había recomendado a los ingleses que luchaban contra Alemania: dejarse invadir, ponerse frente a las bayonetas de los invasores, y dejarse matar. Los japoneses acabarían desarmados ante la enormidad de su sacrificio y renunciarían ellos también a la violencia. Los dirigentes de su partido, más pragmáticos, se mantenían dispuestos a apoyar a que la India entrase en la guerra a cambio del compromiso de Churchill de aceptar su independencia. Los ingleses respondieron al desafío en agosto de 1942 ilegalizando el Partido del Congreso, arrestando a Gandhi y a los demás líderes nacionalistas, mostrándose dispuestos a mantenerlos en la cárcel mientras durase la guerra.

La represión contra el Partido del Congreso ayudó al fortalecimiento de otra fuerza política que había apoyado sin reservas a los ingleses y la participación de la India en la guerra: la Liga Musulmana. Casi la cuarta parte de los cuatrocientos millones de indios eran de religión musulmana. En enero de 1933 un indio musulmán llamado Rahmat Ali, un eterno estudiante de 40 años residente en Cambridge, había propuesto la creación de un estado que comprendiera las provincias indias de mayoría musulmana, e incluso inventó un nombre para ese muevo país: Pakistán, el "país de los puros". La propuesta fue pronto aceptada por los líderes nacionalistas de la Liga Musulmana, aunque al principio parecía una idea tan utópica como las de Gandhi. Paradójicamente, mientras Gandhi hacía crecer al Partido del Congreso, también provocaba el crecimiento de la Liga Musulmana: Gandhi era “demasiado” hindú. Los musulmanes desconfiaban de un movimiento liderado por hindús y de su futuro papel convertidos en una minoría religiosa en una India independiente. Durante la guerra, aprovechando el vacío dejado por el Partido del Congreso, debido a las detenciones y a la negativa a colaborar con los británicos, la Liga Musulmana aumentó enormemente su poder político.

Por otro lado, el Eje también trató de aprovechar a su favor el nacionalismo indio. Japón y Alemania apoyaron al autodenominado Gobierno Provisional de India Libre, liderado por Subhas Chandra Bose, un líder nacionalista que en 1939 había roto con el Partido del Congreso, que no aceptaba sus planteamientos radicales. La organización de Chandra Bose creó con el apoyo de los japoneses una fuerza militar a la que llamaron Ejército Nacional Indio (INA), formada por prisioneros indios mayoritariamente capturados en Malasia y Singapur. El INA llegó a tener 40.000 hombres, pero fue derrotado y casi destruido por el Ejército de la India en Kohima-Imphal cuando participó en la ofensiva japonesa contra la India, entre marzo y agosto de 1944. Chandra Bose murió el 18 de agosto de 1945 en un accidente de aviación (a menudo se ha acusado acusado a los servicios secretos británicos de estar detrás de su muerte).

En total dos millones y medio de hombres sirvieron en el ejército colonial durante la guerra. Unos 87.000 perdieron la vida en el conflicto. El número de muertes civiles fue al menos de un millón y medio (hay fuentes que doblan esa cifra), en su mayoría a causa de la hambruna que afectó a Bengala en 1943.

La guerra provocó el crecimiento del nacionalismo indio y del separatismo musulmán, y aumentó la división entre las dos comunidades. Debilitó a Gran Bretaña, que llegó a 1945 agotada, sin fuerzas para mantener su dominio en un enorme país que parecía que iba a estallar de un momento a otro. El 15 de agosto de 1947, exactamente dos años después del armisticio japonés (no fue casualidad, Lord Mountbatten, comandante en jefe de las fuerzas aliadas en el sureste asiático en 1945 y el último virrey británico de la India en 1947, hizo coincidir las fechas) nacían dos nuevos estados independientes: la India y Pakistán.

Fuentes:
Dominique Lapierre/Larry Collins: Esta noche la libertad
http://www.exordio.com/1939-1945/paises/india.html


Un rayo de esperanza


"En abril de 1945 el acorazado Yamato zarpó para traer un rayo de esperanza a la Humanidad sumida en el desánimo".

Bueno, es una forma de verlo.

Otra sería: "En abril de 1945 el acorazado Yamato zarpó en una misión sin ninguna esperanza de supervivencia con el único objetivo de contentar al Emperador, que quería ver a la Marina Imperial presentando batalla por última vez".

El Yamato (junto al su gemelo el Musashi) fue el mayor acorazado de la historia. Era un monstruo de 65.000 toneladas, con un blindaje de hasta 400 mm de acero, armado con nueve cañones de 460 mm (el mayor calibre de artillería jamás montado en un buque de guerra, con un alcance de 42 Km), además de otros 30 cañones de entre 127 y 155 mm y 162 cañones antiaéreos de 25 mm. Posiblemente podría haber derrotado a cualquier otro buque de superficie del mundo en un combate convencional, a cañonazo limpio. Pero el Yamato nació demasiado tarde, cuando la era de los acorazados estaba ya pasando a la historia. Fue puesto en servicio precipitadamente unos días después del ataque a Pearl Harbor, en diciembre de 1941. Y también unos días después de que la aviación japonesa con base en Indochina hundiese al acorazado Prince of Wales y al crucero de batalla Repulse frente a la península malaya, acabando con la presencia de la Royal Navy en Extremo Oriente y de paso demostrando que en la era de la aviación de poco servían los grandes buques de guerra si no contaban con una mínima cobertura aérea. En toda su historia operacional, el Yamato tan solo tuvo oportunidad de disparar sus cañones contra unidades navales enemigas en una ocasión, el 25 de octubre de 1944, durante la batalla del Golfo de Leyte.

A comienzos de abril de 1945 la Marina Imperial prácticamente había dejado de existir. Las pocas unidades que sobrevivían (entre ellas el Yamato) permanecían en sus puertos, obligados por la dramática escasez de combustible y por la amenaza de la aviación y los submarinos enemigos. Ni siquiera las aguas costeras del archipiélago japonés eran ya seguras. El 1 de abril los estadounidenses comenzaron los desembarcos en Okinawa. Los responsables de la Marina Imperial y de la Flota Combinada sabían que no tenían nada con qué hacer frente a la flota aliada. Su única respuesta posible eran los ataques aéreos kamikaze. Pero eso no era suficiente para el Emperador y su camarilla militarista, que esperaban que la Marina al menos se dejase ver en Okinawa. Y nadie quería defraudar al Emperador. Por presiones directas del Consejo Imperial, finalmente la Flota Combinada aceptó enviar a la batalla a una fuerza naval con la mayor parte de las unidades navales de superficie que les quedaban: el Yamato, el crucero ligero Yahagi y ocho destructores. Era una misión suicida, y todos lo sabían. Las órdenes eran suministrar a los buques tan solo el combustible necesario para llegar a Okinawa, no estaba previsto el regreso (aunque esas órdenes al parecer fueron incumplidas, y los buques recibieron combustible adicional). El plan era atacar a la flota estadounidense, abrirse camino hasta alcanzar las costas de Okinawa, encallar allí el Yamato y utilizarlo como batería costera hasta que fuese destruido. Después los supervivientes se unirían a las tropas de tierra japonesas en la isla para seguir combatiendo hasta el fin. En realidad la operación Ten-Gō, como fue denominada, no era otra cosa que el equivalente naval de una carga banzai.

El 6 de abril de 1945 el Yamato y sus acompañantes zarparon de Tokuyama. Practicamente desde el inicio de su travesía fueron localizados y vigilados por submarinos y aviones de reconocimiento estadounidenses. Ni siquiera tendrían a su favor el factor sorpresa. La mañana siguiente casi cuatrocientos aparatos despegaron de once portaaviones estadounidenses y después de dos horas de vuelo lanzaron un ataque masivo contra la flota japonesa. Una gran fuerza naval con seis acorazados y numerosos cruceros y destructores aguardaba para enfrentarse a los japoneses en el caso de que los aviones no tuviesen éxito. No fueron necesarios. Las más de 160 armas antiaéreas del Yamato no pudieron hacer nada contra los centenares de bombarderos y torpederos que se lanzaban incesantemente contra el buque. Después de hora y media de combate y de recibir el impacto al menos once torpedos y quince bombas, el almirante Ito dio orden de abandonar la nave. El Yamato, fuertemente escorado, se hundió rápidamente, llevándose consigo a 2.055 hombres de una tripulación de 2.332. Los supervivientes fueron rescatados por los cuatro destructores que lograron regresar a Japón. Los estadounidenses perdieron tan solo diez aviones y doce tripulantes.

El Yamato atacado por la aviación estadounidense:


El acorazado Yamato se convirtió en un símbolo de heroísmo en Japón. La arenga del vídeo pertenece a la película Acorazado Espacial Yamato, basada en un famoso anime japonés. En ella la historia se repite (al menos desde el punto de vista japonés) y un Yamato interestelar se sacrifica heroicamente para salvar a la Humanidad de un peligro mortal. Se suele criticar la visión distorsionada que tienen los japoneses de su propia historia, la falta de autocrítica y el victimismo permanente. Seguro que todo eso es cierto, aunque pienso que en mayor o menor medida es algo que también ocurre en cualquier otro país del mundo. Aun así, tengo que reconocer que me sorprende cómo después de tantos años una acción tan terriblemente absurda puede seguir siendo considerada un ejemplo a seguir por las generaciones posteriores. El Yamato no se sacrificó para alcanzar un objetivo de mayor importancia: el único objetivo de su misión era el sacrificio en sí mismo.

Barbarroja: un ataque por sorpresa

En el libro Una guerra de exterminio: Hitler contra Stalin, de Laurence Rees, se cuenta la respuesta de Stalin cuando leyó un documento que le remitían sus servicios secretos avisando del inminente ataque alemán. El documento tenía fecha del 16 de junio de 1941, y estaba firmado por V. N. Merkúlov, comisario del pueblo para la Defensa Estatal. El texto era el siguiente: Un informante infiltrado en el cuartel general de la Aviación alemana ha comunicado lo siguiente: 1. Alemania ha culminado todos los preparativos bélicos necesarios para acometer un asalto armado contra la URSS, por lo que debemos esperar ser objeto de ataque en cualquier momento ... En el Ministerio de Economía se dice que, durante una reunión de todos los especialistas en planificación económica celebrada para tratar de los territorios “ocupados” de la URSS, Rosenberg pronunció un discurso en el que aseguraba que “la idea misma de la Unión Soviética debe quedar borrada del mapa”. En la primera página, Stalin escribió: Camarada Merkúlov, puedes decir a tu “informante” que abandone su puesto en el estado mayor de la fuerza aérea alemana y se vaya con su puta madre. Lo suyo es más bien labor de desinformación.

Richard Sorge trabajaba como corresponsal en Tokio del Frankfurter Zeitung. Era además un hábil agente del espionaje soviético. Entre sus informantes se encontraba Ozaki Hozumi, asistente del príncipe Konoye. Veterano de la Primera Guerra Mundial, Sorge había hecho amistad con el coronel Kretschmer, agregado militar de la embajada alemana. También tenía buena relación con el embajador alemán, el general Eugen Ott, al que había conocido años antes en Berlín, y que como él había combatido en el frente belga. A través de Kretschmer supo que Alemania estaba preparando la invasión de la Unión Soviética. El 5 de marzo de 1941 envió la información a Moscú. Según Leopold Trepper, Sorge llegó a enviar una copia de la Directiva 21 (la orden de Hitler que ponía en marcha los preparativos para Barbarroja). El 12 de mayo informó de que se había enterado (de nuevo por el agregado militar alemán) de que 150 divisiones iban a atacar la URSS el 20 de junio (falló por dos días). También hay que decir que posteriormente envió otros mensajes que daban fechas distintas, todas ellas entre el 15 y el 30 de junio. La información fue calificada por la inteligencia soviética como no fiable.

La Orquesta Roja era como conocían los alemanes a una red de espionaje soviética que operaba en los países ocupados de Europa Occidental, dirigida por Leopold Trepper desde Bélgica. Era un veterano agente que tenía importantes contactos en Francia, Bélgica y Holanda, y que trabajaba para la inteligencia soviética desde comienzos de la década de los 30. En febrero de 1941, Trepper envió un informe detallado sobre el número de divisiones retiradas de Francia y Bélgica para ser enviadas al este. En mayo, através del agregado militar soviético en Vichy, el general Susloparov, envió a Moscú el plan de ataque.

El teniente de la Luftwaffe Harro Schulze-Boysen, sobrino segundo del almirante Tirpitz, era un protegido de Goering que trabajaba en el Ministerio del Aire. También era un agente soviético. A comienzos de 1941, Schulze-Boysen envió información precisa a Moscú sobre los planes de Barbarroja, en especial sobre las operaciones aéreas y los bombardeos previstos en Leningrado, Kiev, y Vyborg. De nuevo hay que puntualizar: Schulze-Boysen avisaba de que los alemanes estaban preparando un ataque contra la URSS, pero descartaba que éste se produjese antes de que terminase la guerra con Inglaterra.

Anatoli Gurevich era un agente de la inteligencia militar soviética en Francia y Bélgica. Ya en octubre de 1940 informó a Moscú de que los alemanes estaban preparando un ataque a la URSS el año siguiente. A comienzos de 1941 informó desde Bruselas que el ataque sería el mes de mayo.

Willie Leman (alias Breitenbach) era un agente de la Gestapo en misiones de contraespionaje que trabajaba para la inteligencia soviética desde la década de los 20. En marzo de 1941 informó a Moscú que la inteligencia militar alemana se estaba reorganizando para dar prioridad al departamento encargado de Rusia. El 19 de junio informó que el ataque iba a comenzar el día 22 a las 03:00 horas.

La red Lucy, dirigida por un periodista alemán llamado Rudolf Roessler, y que tenía informadores aún hoy desconocidos dentro del alto mando alemán, advirtió a comienzos de junio del inminente ataque alemán, incluyendo informaciones sobre el despliegue de las unidades alemanas y sus objetivos. Lucy transmitía su información a través de Alexander Rado, alias Dora, que operaba desde la neutral Suiza. En los dos años anteriores ya había enviado información precisa sobre el plan Blanco (la invasión de Polonia) y el Plan Amarillo (la ofensiva contra Bélgica, Holanda y Francia). Sin embargo, no era considerado un informador de fiar. A Stalin le parecía sospechoso que no aceptase dinero por sus servicios.

Los informes de los espías soviéticos eran casi continuos. En las semanas anteriores al comienzo de Barbarroja los agentes en los Balcanes y Europa oriental daban avisos del despliegue de unidades alemanas en las fronteras soviéticas. El 14 de mayo fue el agente con nombre en clave Zeus desde Sofía. El 19 Dora desde Zurich y el 20 Extern desde Helsinki comunicaron que los preparativos para el ataque se estaban ultimando. El 29 de Mayo ABC, desde Bucarest, dio la fecha del 15 de junio como la del comienzo de la invasión.

Un editor alemán entregó en la embajada soviética en Berlín una copia de un diccionario ruso-alemán del que había recibido el encargo de hacer miles de copias. Incluía la traducción de frases como "manos arriba" y "lléveme con el jefe de la granja colectiva".

El 20 de marzo, el general Filip Golikov, jefe del GRU (el servicio de información militar, dependiente del estado mayor del ejército soviético, la agencia de inteligencia que más entera había salido de las purgas) presentó un informe que alertaba de la concentración de tropas alemanas en la frontera, y añadía que un oficial alemán había informado al agregado militar soviético en Berlín que se estaba preparando la invasión de la URSS (aunque se añadía que esta no se produciría antes de que terminase la guerra con Gran Bretaña). En los dos meses siguientes Golikov siguió presentando informes que daban cuenta del aumento de la actividad y de la concentración de tropas alemanas en la frontera. Pero al mismo tiempo seguía descartando el ataque y calificando los rumores como desinformación procedente de la inteligencia británica, que trataba de provocar una crisis entre Alemania y la URSS. Le decía a Stalin exactamente lo que quería oir.

Por vía diplomática también llegaron múltiples avisos a Moscú de lo que estaban preparando los alemanes, desde los gobiernos británico, estadounidense e incluso chino.

Churchill cuenta en sus memorias cómo intentó convencer a Stalin de las intenciones alemanas. Según él, a finales de marzo de 1941 ya estaba convencido de que Hitler planeaba un ataque a la Unión Soviética, gracias a los informes que llegaban a los servicios de inteligencia británicos de sus agentes en los Balcanes (y más probablemente gracias a la descodificación de comunicaciones militares alemanas, algo que cuando Churchill escribió sus memorias todavía era información reservada). El 3 de abril envió un mensaje a su enbajador en Moscú, sir Stafford Cripps, con el encargo de que éste informase a Stalin en persona de los movimientos de divisiones motorizadas alemanas desde los Balcanes a Polonia. Churchill en sus memorias culpó al embajador de haber incumplido sus instrucciones cuando entregó el mensaje con tres semanas de retraso a Andrei Vishinski. Churchill pensaba que dando el mensaje a Stalin urgentemente y en persona se habría recalcado su importancia y puede que hubiese convencido a Stalin para actuar.

Pero antes incluso de estos hechos, en marzo de 1941, la Secretaría de Estado estadounidense había entregado al embajador soviético en Washington, Konstantin Oumansky, una copia de los planes de la Operación Barbarroja. Un resistente antinazi alemán se los había hecho llegar al agregado comercial norteamericano en Berlín, Samuel Woods.

A comienzos de junio el embajador estadounidense en Moscú hizo llegar al Ministerio de Asuntos Exteriores soviético las informaciones sobre los preparativos de la invasión que la Secretaría de Estado norteamericana estaban recibiendo de su cónsul en Königsberg (Prusia Oriental).

El 10 de junio el viceministro británico de Asuntos Exteriores, sir Alexander Cadogan, convocó al embajador soviético en Londres, Ivan Maisky, para entregarle información de inteligencia sobre la concentración de tropas alemanas en las fronteras soviéticas. Los días 12 y 13 fue el propio ministro, Anthony Eden, quien hizo llamar a Maisky para insistirle en la inminencia del ataque (aunque hay que decir que la mayor parte de la información entregada en esa ocasión por los británicos era errónea).

Aún falta por mencionar uno de los avisos más sorprendentes que recibió Stalin sobre las intenciones de Hitler. Sorprendente por el origen de la información, el mismísimo embajador alemán en Moscú, el conde Von der Schulenburg. Según Antony Beevor en su libro sobre Stalingrado:

Schulenburg, un diplomático de la vieja escuela, que creía en el aforismo de Bismarck de que Alemania nunca debería entrar en guerra con Rusia, tenía buenas razones para sorprenderse de la ignorancia del Kremlin (cuando fue llamado por Molotov el 21 de junio para que diese explicaciones sobre los movimientos alemanes). Más de dos semanas antes había invitado a Dekanozov, entonces de regreso a Moscú, a una comida privada y le advirtió de los planes de Hitler. Era evidente que el viejo conde se sentía libre de toda lealtad hacia el régimen nazi después de que el Führer le hubiera mentido descaradamente, asegurándole no esconder ningún designio contra Rusia. Pero Dekanozov, estupefacto ante tal revelación, inmediatamente sospechó una treta. Stalin, que reaccionó de la misma manera, estalló ante el Politburó: «¡La desinformación ha llegado ahora hasta las embajadas!». Estaba seguro de que la mayoría de advertencias habían sido «Angliyskaya provokatsiya» (parte de una trama de Winston Churchill, el archienemigo de la Unión Soviética, para que se iniciara una guerra entre Rusia y Alemania). Desde la fuga de Hess a Escocia, la conspiración se había hecho aún más complicada en su mente.

Un avión alemán fue capturado en la localidad de Rovno cuando tuvo que hacer un aterrizaje forzoso por problemas mecánicos. Los soviéticos comprobaron que estaba siendo utilizado para hacer mapas y planos de carreteras de las regiones occidentales de la URSS. En las semanas anteriores a la ofensiva las violaciones del espacio aéreo soviético por parte de aviones espía alemanes eran continuas, y se fueron intensificando a medida que se acercaba el día del comienzo de la invasión. Cuando Zhukov trató de convencer a Stalin para que diese orden de derribar los aviones alemanes, éste le respondió que el embajador alemán le había pedido que ignorase esos vuelos, que se trataba de prácticas llevadas a cabo por pilotos inexpertos.

El 22 de junio de 1941 comenzó la Operación Barbarroja. La sorpresa fue total.

Fuentes:
Laurence Rees: Una guerra de exterminio.
Alvaro Lozano: Operación Barbarroja
Slava Katamidze: KGB
Winston Churchill: La Segunda Guerra Mundial.
Antony Beevor: Stalingrado
http://www.exordio.com/1939-1945/militaris/espionaje/roessler.html
http://www.exordio.com/1939-1945/militaris/espionaje/richardsorgeLARGE.html
http://www.nationmaster.com/encyclopedia/Abwehr
http://www.spartacus.schoolnet.co.uk/RUStrepper.htm


La batalla de Koh Chang

Este enfrentamiento naval, que tuvo lugar durante la guerra franco-tailandesa, fue la única victoria naval de la marina francesa en el transcurso de las dos guerras mundiales.

Fuerzas en conflicto

La marina de guerra tailandesa tenía las siguientes unidades:

2 acorazados costeros (2.300 t, 15,5 nudos, 4x203 mm)
-Sri Ayuthia (botado en 1.937, construido en Japón)
-Dhomburi (botado en 1.937, construido en Japón)

2 cañoneras acorazadas (900 t, 2 X 152 mm)

9 torpederas clase Puket (470 toneladas, 31 nudos, 3x75 mm, construidas en Italia)
Tres de ellas participaron en la batalla de Koh Chang:
-Chomburi (botada en 1.937)
-Songhkla (1.937)
-Trad (1.935)

2 patrulleras clase Kantan (110 toneladas, 19 nudos, 1x75 mm, botadas en 1.937)

2 corbetas clase Tachin (2.000 t, 17 nudos, 4x105 mm, botadas en 1.936)

4 submarinos clase Sinsamudar (430 t, fabricación japonesa)

El Dhomburi:

Dhomburi
La marina francesa contaba en Indochina con:

1 crucero ligero de 8.000 toneladas clase Duguay Trouin
-Lamotte-Picquet (8x155 mm, 33 nudos, botado en 1.924)

2 corbetas coloniales de 2.200 toneladas clase Dumont d'Urville
-Dumont d'Urville (16 nudos, 3x138 mm, botado en 1.931)
-Amiral Charner (16 nudos, 3x138 mm, botado en 1.932)

2 corbetas
-Marne (600 t, 21 nudos, 2x65 mm, botado en 1.918 )
-Tahure (850 t, 20 nudos, 2x138 mm, botado en 1.919)

1 submarino de 1.500 toneladas clase Redoutable

El Dumont d'Urville:

Dumont d'Urville

La batalla

Koh Chang
El 9 de diciembre de 1940, el almirante Decoux constituye una pequeña escuadra compuesta del crucero Lamotte-Picquet, las corbetas coloniales Amiral Charner y Dumont d' Urville y las corbetas Marne y Tahure. El grupo queda bajo el mando del capitán de navío Bérenger, comandante del Lamotte-Picquet.

Con el fin de apoyar la ofensiva terrestre que comenzaría el 16 de enero, este agrupamiento recibe la orden de efectuar una operación de búsqueda y destrucción de las fuerzas navales tailandesas en el golfo de Siam. Se hace a la mar el 15 de enero hacia las 21h 00.

El día 16 un reconocimiento aéreo efectuado por dos hidroaviones Loire 130 sitúa una parte importante de la flota tailandesa en las proximidades de la isla de Koh Chang. Son identificados un acorazado costero y tres torpederos. El comandante Bérenger decide atacarlos al día siguiente, al amanecer. Prevé dividir su escuadra en 3 grupos, (corbetas Marne y Tahure, corbetas Dumont d' Urville y Almiral Charner, crucero Lamotte-Picquet).

6h 05: un hidroavión francés avista en la zona dos acorazados costeros (uno más que el día anterior) y tres torpederas. Intenta atacarlos, pero la defensa antiaérea de las embarcaciones lo rechaza.

6h 14: el enemigo avista la flota francesa y abre fuego a una distancia media de 9000 m.

6h 20: orientándose por la luz de los disparos, el Lamotte-Picquet lanza tres torpedos sobre uno de los agresores.

6h 30: el acorazado costero Sri Ayuthia, gravemente dañado por un impacto de torpedo, embarranca en la desembocadura del río Chantaboum. Las corbetas disparan sobre dos de las torpederas tailandesas, mientras que el Lamotte-Picquet abre fuego sobre la tercera.

6h 38: el Lamotte-Picquet empieza un duelo de artillería con el acorazado costero Dhomburi.

6h 55: las corbetas francesas hunden las dos torpederas tailandesas con las que habían entablado combate (Chomburi y Songkla)

7h 15: las corbetas coloniales apoyan con su artillería al Lamotte-Picquet en su duelo con el Dhomburi.

7h 48: El Dhomburi, en llamas, se retira del combate. Los buques franceses pierden contacto con él. El Dhomburi, muy dañado, se precipita sobre un arrecife y se hunde.

8h 00: la escuadra francesa cesa el fuego y pone rumbo al oeste para regresar a Saigón.

8h 48: dos biplanos Vough Corsair tailandeses atacan al Lamotte-Picquet. Cada uno de ellos lanza dos bombas sin lograr alcanzar el buque. Hasta las 9h 40 la flota francesa es hostigada por los aviones tailandeses, que son mantenidos a distancia por la defensa antiaérea de los buques.

El Lamotte-Picquet:

Lamotte Picquet

Pérdidas tailandesas

Los dos acorazados costeros tailandeses quedaron fuera de servicio. El Dhomburi fue hundido, y el Sri Ayuthia, gravemente dañado, fue reparado en Japón. Volvió a entrar en servicio a finales de 1.941.

Los torpederos Songhkla y Chomburi resultaron hundidos. El Trad, dañado, fue reparado y volvería a entrar en servicio.

Las pérdidas humanas reconocidas oficialmente por Tailandia fueron de 36 muertos, pero el múmero tuvo que ser mucho más elevado. Ciertas fuentes hacen mención de 82 supervivientes sobre la totalidad de las tripulaciones (es decir sobre 550 hombres, aproximadamente), lo que elevaría el número de muertos por encima de los 450.

La flota francesa no tuvo ninguna pérdida, material ni humana.

Hay distintas versiones sobre cuándo y por quién fue hundido el Dhomburi. Por ejemplo, hay quien defiende que no se hundió durante la batalla, sino cuando estaba siendo remolcado camino de Japón para ser reparado. Una cosa es segura: fue reflotado, porque parte de él (el puente y la torreta de proa) se conservan en la academia naval tailandesa de Samuthakarn:

Dhomburi
Dhomburi
Dhomburi

Fuentes:
http://www.histoquiz-contemporain.com/Histoquiz/Lesdossiers/LaFrance19391945/13/siam.htm
http://www.netmarine.net/bat/croiseur/lamotte/kohchang/


La Guerra Franco-Tailandesa

Un episodio olvidado de la guerra en Asia:

Al comenzar la guerra en Europa, tratando de asegurar sus fronteras en Indochina frente a la amenaza expansionista japonesa, Francia comenzó a negociar un tratado de no agresión con Tailandia. Pero las negociaciones quedaron rotas en junio de 1940, cuando los franceses fueron derrotados en Europa por Alemania. En los primeros años del siglo la Indochina Francesa había crecido territorialmente a costa del reino de Siam, y ahora los tailandeses vieron la oportunidad de recuperar lo perdido. Aprovechando la debilidad en la que quedó la colonia francesa los tailandeses reclamaron la soberanía de todos los territorios de Laos y Camboya al oeste del río Mekong.

El 22 de septiembre de 1940 se firmó un acuerdo entre Japón y la Francia de Vichy por el cual los japoneses obtenían el permiso para tener estacionados permanentemente hasta 6.000 hombres en territorio vietnamita, además de obtener derecho de paso temporal para otras unidades militares japonesas. El objetivo era aislar a los nacionalistas chinos, que hasta entonces recibían ayuda principalmente a través del ferrocarril Hai Phong-Yunnan (solo a partir de la entrada de tropas japonesas en Vietnam, la ruta de Birmania se convirtió en la principal ruta de abastecimiento de las fuerzas nacionalistas chinas).

Pero ese mismo día 22 la 5ª División japonesa atacó la población vietnamita de Lang Son y se enfrentó a la guarnición colonial francesa. Los combates duraron hasta el día 25, cuando los franceses se rindieron y tuvieron que dejar la región de Tonkin (el norte de Vietnam) bajo ocupación militar japonesa, aunque nominalmente la administración del territorio seguía siendo francesa. La derrota frncesa fue una señal de debilidad que fue muy tenida en cuenta por el primer ministro tailandés Plaek Phibunsongkhram. En los meses siguientes se produjeron incursiones tailandesas en Camboya y escaramuzas a lo largo de la frontera, hasta que en diciembre lo que habían sido choques esporádicos se convirtieron en una guerra abierta.

En enero de 1941 comenzó la ofensiva tailandesa. Los tailandeses, mejor equipados y con superioridad aérea, invadieron todo Laos, aunque en Camboya la resistencia francesa fue mayor. Unidades de la Legión Extranjera contuvieron a los tailandeses, y el 16 de enero lanzaron una contraofensiva que les llevó hasta los pueblos tailandeses de Yang Dang Khum y Phum Preav, donde tuvieron lugar los combates más encarnizados de la guerra. Los franceses se vieron obligados a retirarse, pero el alto número de bajas impidió a los tailandeses salir en su persecución.

Mientras la situación para los franceses en tierra era crítica, en el mar tomaron la iniciativa, y una flota de circunstancia (el “grupo ocasional”) formada por el crucero ligero Lamotte-Picquet, dos corbetas y dos corbetas coloniales (“avisos coloniales”, un término propio de la marina francesa, para definir buques de unas 2.000 toneladas destinados a operar en aguas de las colonias) se dirigió al Golfo de Siam para localizar y atacar a la marina tailandesa. El enfrentamiento se produjo el 17 de enero frente a la isla de Koh Chang. A pesar de su inferioridad numérica (las fuerzas tailandesas constaban de los acorazados costeros Ayuthia y Dombhuri, las dos grandes unidades de la marina tailandesa, además de tres torpederas), y del dominio del aire (los franceses tuvieron que sufrir los ataques de varios Vough Corsair tailandeses), los franceses obtuvieron una aplastante victoria. Sin sufrir ninguna pérdida humana ni material, los franceses lograron hundir al acorazado costero Dombhuri y a las torpederas Chomburi y Songkla. La batalla de Koh Chang fue la única victoria naval francesa en el transcurso de las dos guerras mundiales.

La guerra terminó cuando Japón impuso a ambos bandos un alto el fuego, proclamado el 28 de enero. La situación bélica se había complicado y los japoneses, que ya habían conseguido una posición de fuerza en Indochina, querían asegurarse la colaboración militar de Tailandia para futuras operaciones. Francia se vio obligada a ceder los territorios reclamados por Tailandia. Tan sólo unos meses después los japoneses ocuparon el resto de Indochina.

La mediación japonesa, por la que los tailandeses consiguieron más de 70.000 Km2 de territorio de la Indochina Francesa, estrechó aún más las ya buenas relaciones entre los dos países. Sin embargo, los tailandeses siempre se negaron a permitir el paso de tropas japonesas, cuando estas se preparaban para atacar Malasia y Singapur. Sólo en el último momento, cuando la ofensiva ya había comenzado, Tailandia no sólo permitió el paso de tropas, sino que declaró la guerra a Gran Bretaña y los Estados Unidos, entrando en el conflicto como aliada del Japón.

Una bonita fotografía del Lamotte-Picquet en Vietnam:

Lamotte Picquet